Diferencias culturales: El lenguaje y la cultura son inseparables, sin embargo, podemos dividirlo en tres grandes dimensiones:
Individualismo/colectivismo: Las culturas individualistas tienden a valorar la unicidad y a destacar las metas del individuo sobre el grupo utilizando la comunicación de bajo-contexto, es decir, fijada en los mensajes que se transmiten y con presentación directa. En contraste las culturas colectivistas tienden a valorar la armonía y la solidaridad dando mayor importancia a las metas de grupo que a las individuales, utilizando la comunicación de alto-contexto, es decir, se espera que las demás personas sepan cómo piensan y sienten y con presentación indirecta.
Evasión de la incertidumbre: existen sociedades que con baja evasión de incertidumbre, en donde son tolerantes a conductas y opiniones diferidas; sin embargo existen también sociedades con evasión de incertidumbre alta, en la cual se observa un elevado nivel de ansiedad, nerviosismo, tensión y agresividad, poca tolerancia con ideas y conductas “descarriadas”.
Masculinidad/femineidad: existen culturas en las cuales los hombres asumen un papel más agresivo y dominante y las mujeres un papel de servicio; frente a éstas encontramos las culturas femeninas, son aquellas en las que tanto el hombre como la mujer asumen diferentes papeles. Ésta es sin duda la cultura que perseguimos actualmente en la mayoría de las naciones.
Diferencias de género: Aunque las diferencias en el lenguaje de los hombres y de las mujeres no causen problemas para ninguno de los dos grupos, si existen diferencias entre ambos géneros, aunque no son generalizadas:
Las mujeres tienden a usar más reforzadores y más límites que los hombres.
Las mujeres añaden preguntas “agregadas” a sus declaraciones con mayor frecuencia que los hombres, es decir, solicitan a quien la escuche que confirmen o afirme la declaración que precede.
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